COMO CREAR UNA CARTERA DE INVERSIÓN

 COMO CREAR UNA CARTERA DE INVERSIÓN

Aunque sea una obviedad, el patrimonio del que disponemos es el hándicap más importante a la hora de conformar una cartera de inversiones para gestionar nuestros ahorros. Y como aspecto importante de junto a la cantidad de nuestro ahorro, es conocer la finalidad de ese ahorro, que nos llevará a conocer cuál es el nivel de riesgo medido en volatilidad de la cartera que debemos o podemos asumir para alcanzarlo.

Por ello, es importante invertir la cantidad de dinero que no vayamos a necesitar al menos a corto plazo. Aunque siempre hay imprevistos, mi opinión va encaminada hacia tener en disponible una cantidad suficiente para afrontar pequeños costes (un electrodoméstico, reparación del automóvil, …), ya que verse obligado a suscribir un préstamo al consumo es la dirección contraria para poder alcanzar un patrimonio suficiente para cumplir nuestro objetivo. Además, si nos vemos obligados a deshacer cartera para asumir esos gastos, podemos tener que vender en un momento que no es el óptimo en la operación.

Los grandes patrimonios acostumbran a tener posiciones en varias tipologías de activos más allá de la renta variable. Renta fija es lo más común, con inversiones en bonos directamente o a través de fondos de inversión, los cuales no suelen tener barreras de entrada por inversiones mínimas. Mas allá de ahí, tenemos otra serie de activos, muy rentables y que aportan diversificación, como son la inversión inmobiliaria, hedge funds, comodities o private equity. Este tipo de activos suelen ser para especialistas, ya que necesitan de posiciones mínimas elevadas, alejadas de inversores minoristas, largos periodos de maduración o restricciones de liquidez, por lo que en este análisis solo me centraré en las carteras de renta variable, que entiendo que es al público al que me dirijo.

En este punto es importante recordar a Markowitz y su teoría de carteras eficientes. No voy a hacer un análisis detallado del mismo, hay muy buenos estudios en la red, aunque si daré unos pequeños apuntes de cuestiones que considero interesantes, como son el concepto de frontera eficiente dependiendo del tipo de inversor. Los más arriesgados, Inversor A buscarán posiciones muy rentables a pesar de que supongan un mayor riesgo, mientras que el Inversor B ponderará más la seguridad aunque vaya en detrimento de la rentabilidad. En ambos casos, nuestra cartera deberá buscar una composición de activos que le lleven a la frontera eficiente. ¿Cómo se consigue? Difícil definir, porque los activos varían su precio diariamente, pero podemos buscar una aproximación.

En este punto hay que introducir el principio de diversificación, no poner todos los huevos en la misma cesta, permite acercarnos a esa frontera eficiente. Pero no vale con introducir valores de manera aleatoria, sino que debemos buscar valores con baja correlación o negativa entre ellos. En el caso que nos ocupa, solo renta variable, es difícil encontrar correlaciones inversas, pues los activos se mueven al unísono, por lo que nos conformaremos con valores de baja correlación. Combinaremos valores de distintos sectores, regiones y beta con tal de conseguir la mayor descorrelación posible, pero sin caer en la trampa de la diversificación. Este concepto es un poco controvertido en el mundo de la gestión, aunque múltiples estudios demuestran que una cartera con más de 15/20 valores no aporta diversificación adicional significativa incluir otro activo pero si puede mermar la rentabilidad, ya que los aciertos y errores tienen un efecto mínimo en la evolución del patrimonio. En estos casos, invertir en ETF globales nos permiten obtener una rentabilidad igual o superior, asumiendo un menor coste de operativa y disfrutando de un mayor tiempo disponible para nosotros.

Por ello, en mi cartera, y es la idea que quiero trasladar, es que una cartera de inversión en renta variable no debe tener más allá de 15/20 valores, concentrando parte de ella en las ideas o posiciones en las que tenemos una mayor convicción. Si tenemos un método de selección de valores probado y eficiente, confiemos en él y démosle mayor peso a esas posiciones donde esperamos tener un mayor retorno. De esta opinión son muchos de los grandes inversores (en el gráfico tenemos la cartera de Buffett de 2021) y aunque debemos tener nuestro propio método, coger ideas de “los mejores” suele ser un buen inicio para conformar nuestro sistema.

Y como última idea, las apuestas puntuales que podamos hacer sobre activos más volátiles. Periódicamente salen a la palestra ideas de inversión de mucho riesgo pero que pueden dar un buen retorno, como pueden ser criptomonedas, cánnabis, hidrogeno, etc. Muchos inversores dirán que no se debe hacer caso a estas situaciones puntuales, aunque yo soy de la opinión de darles una pequeña ponderación en cartera, hasta un máximo de un 5%. En mi caso, son situaciones que, aunque no se sostienen por análisis fundamental, sí que por técnico nos ofrecen cierto atractivo. Si me equivoco, la posición global no se ve afectada significativamente pero si sale bien, ofrecen un plus de rentabilidad que permite diferenciarse frente a otras referencias.

En conclusión, todo inversor debe ser consciente de que riesgo puede asumir que le permita dormir de forma confortable. Nuestra cartera deberá estar diversificada en distintos valores que guarden poca correlación entre sus precios, posicionándonos más claramente en activos sobre los que tenemos una mayor convicción y sin superar los 15/20 valores.


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